domingo, 2 de abril de 2017

La Iglesia de la Biblia

Días atrás, por redes sociales mantuve un debate con un hermano separado, su postura defendía “solo la Biblia, solo Cristo”, obviamente menospreciando a la Iglesia Católica. En la discusión, le pedí el nombre de su denominación – bautista, pentecostal, adventista, etc.- pero jamás lo menciono, solo se limito a responder; “Iglesia es todo aquel que cree en Jesús…”, ¿tal razonamiento es verdadero?, ¿qué podemos encontrar en la Biblia?. Así que, me di a la tarea de estructurar el “perfil de Iglesia” que aparece en la Biblia.
Antes de citar mi análisis, mencionare, aunque los hermanos separados para justificar sus denominaciones utilizan el verso; “donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (S. Mateo 18:20), tenemos que hacer ver que el verso no expresa; “donde estén dos ó más reunidos en mi nombre, allí habrá una Iglesia…”. El verso manifiesta solo que Jesús está entre los creyentes, y es verdad, Jesús puede estar en medio de nosotros aunque puede estar contento ó molesto por nuestra división. Creo que Cristo es paciente con unos y con otros.
El perfil de Iglesia que encuentro en la Biblia es, una Iglesia que toma como base la sucesión sacerdotal del pueblo de Israel y la utiliza en la sucesión apostólica. El primer sacerdote de Israel fue Aarón y su sucesor fue Eleazar según el libro del Deuteronomio (cap. 10, v. 6). El libro Hechos de los Apóstoles afirma que el primer sucesor de un apóstol fue Matías, sucesor de Judas Iscariote (cap. 1, v. 12-26).
Otro punto importante -minimizado y opacado por las sectas- es la promesa sobre el apóstol San Pedro señalada por San Mateo (cap. 16, v. 18,19). La Iglesia que encontramos en la Biblia defiende la promesa sobre el apóstol, si no lo defendiera, no lo hubiese escrito, y si lo escribió fue para preservar tal enseñanza.  
También, la Iglesia de la Biblia celebra Concilios, esto lo leemos en el mismo libro Hechos de los Apóstoles, cuando fue celebrado el Concilio en Jerusalén (cap. 15) donde se definió que las leyes judías no son necesarias para la salvación. El perfil autentico de la Iglesia de la Biblia es reconocer concilios.    
Una característica importante de la Iglesia de la Biblia es la celebración de la santa cena, más allá de la solicitud de Jesús expresa en los evangelios, debemos notar el orden litúrgico y la autoridad de San Pablo al reprender a la Iglesia de Corinto cuando celebraban este acto de modo equivocado y banal. Argumentando San Pablo que no es un simple pan, sino el mismo cuerpo de Cristo, y quien come sin distinguirlo comerá su propio juicio ó condenación (1era de Corintios 11:20-29). La Iglesia de la Biblia no distingue el pan como un mero símbolo sino como una realidad; vida eterna al que come dignamente (S. Juan 6:54) y juicio a quien come dignamente.    
La Iglesia de la Biblia también hace uso de la revelación oral, esto lo sabemos al leer la primera carta de San Pedro donde se menciona que fueron “ocho personas las que se salvaron” en el diluvio con Noé (cap. 3, v. 20) ó la carta del apóstol Judas que expresa: “el diablo disputo contra el arcángel Miguel por el cadáver de Moisés” (cap. 1, v. 9), estos detalles no aparecen en los textos del antiguo testamento, por consiguiente, creo que los apóstoles citan la revelación oral que los judíos usaban como complemento de la Escritura.

Para concluir, la Iglesia de la Biblia cuenta con sucesión apostólica, celebra y reconoce Concilios, anuncia la promesa sobre San Pedro, es severa y clara en el modo y la forma de celebrar la Santa Cena, y menciona sin temor los eventos que no fueron escritos pues se fía de la revelación oral. Ese es el perfil de la Iglesia que encontrarnos en la Biblia. No dudo que existan hombres justos y admirables fuera de la Iglesia, pero fiarme de mi simple buen ánimo para fundar mi iglesia no me parece algo justo, ¿Para qué fundar otra y otra, y otra iglesia?, ¿Qué acaso creemos que podemos fundar una mejor Iglesia que la que Jesús fundo?, mas bien, seamos lo mejor de nosotros mismos en la Iglesia que Jesús estableció.