lunes, 2 de enero de 2017

El rezo

Recuerdo que hace muchos años era increpado constantemente por un amigo evangélico, el usaba versículos bíblicos para cuestionar la fe católica.
Un versículo comúnmente usado para cuestionar los rezos católicos es el de San Mateo; “Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería” (Cap. 6, v. 7). Parece que el asunto es claro; “no debemos usar repeticiones”, pero no es así, desmenucemos a fondo el versículo.
El texto dice “no uséis repeticiones sin sentido”, ósea, ¿podemos usar repeticiones que tengan sentido?, claro que podemos usarlas, el rezo constituye una parte fundamental de la espiritualidad solicitada desde el antiguo testamento. Entre los judíos el rezo es conocido como “tefila”, y se atribuye al periodo de Esdras la institución de las plegarias y los rezos en los actos litúrgicos hebreos. El rezo del antiguo testamento tiene gran soporte en el libro de los Salmos. El rezo no debe ser sin sentido, sino con sentido; reconocer la autoridad y soberanía de Dios sobre la creación para disponernos aceptar su voluntad.
En este capítulo, Jesús hace alusión a la sinagoga (v. 5), y como algunos judíos, cayendo en la tentación humana, hicieron del rezo algo social; “a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres”. El ego de la persona distorsiono la vocación del rezo – en bienes raíces, la esquina de las calles es el punto de mayor valor, la mejor vista -  sí, nos gusta ser vistos por la gente y que nos aplaudan. Un rezo social traerá la tentación de acabar con la espiritualidad del rezo, esta tentación puede vencerse interiorizando el rezo, a solas ó en grupo.  
Un punto importantísimo del texto de San Mateo, que no debe ser omitido, es que el verso hace alusión a “los gentiles” (v. 7). Estos eran los pueblos paganos, aquellos que no tenían la revelación del monoteísmo, ni el decálogo de Moisés. Los gentiles desconocían al Dios verdadero, por ignorancia adoraban a deidades mitológicas ó la misma creación; el sol, la luna, el volcán, el trueno, etc.. Desde esta óptica, el rezo de los gentiles no tiene sentido por estar ofrecido a los objetos inanimados.      
En el mismo capítulo de este evangelio, versos más adelante, Jesús ofrece a sus discípulos la oración del Padre Nuestro (v. 9-13). Esta oración, sin duda, es la más repetida en el pensamiento cristiano y neo-testamentario sin importar denominación ó religión. Cristo no caería en la contradicción de “prohibir usar repeticiones” para después enseñar el Padre Nuestro. Lo que se prohíbe es usar repeticiones sin sentido, pues usar lo sagrado sin sentido es profano.

Entonces, sabiendo que está permitido, cuidemos de no profanar el rezo católico haciéndolo sin sentido, arrastrados por la monotonía del día, el protocolo y la urgencia. Disfrutemos el rezo para que nuestro espíritu descanse en este acto, interioricemos y pensemos; aunque el evangelio es el mismo y ofrece algo nuevo para cada día, así, el rezo aunque sea lo mismo puede traer algo nuevo para cada día porque el rezo tiene su simiente en el evangelio. El rezo de ayer ya paso, adentrémonos en el rezo de hoy.