miércoles, 11 de julio de 2012

El fantasma de un pasado intolerante




En tiempos del General Porfirio Díaz los Norteamericanos concretaban su expansión por el Caribe; Panamá, Haití, Cuba, Puerto Rico habían recibido apoyo del Gobierno de Estados Unidos para constituirse como republicas independientes. Sin embargo la cooperación Norteamericana insidia en la constitución de las nuevas republicas. El General Díaz convencido de la expansión Norteamérica, favorece a las inversiones europeas en México con el fin de balancear los intereses extranjeros en nuestra Nación. A raíz de esto, la política Norteamericana lástima la imagen Díaz ante el mundo, lo muestran como el dictador, el promotor del esclavismo, pero, dicho esclavismo abarataba los costos del tabaco y henequén que eran exportados hacia E.U. La prensa norteamericana público: “México entrara en una revolución por la democracia”. Maderistas y otras fracciones en oposición a Díaz apoyados por la presión Norteamericana consiguen la renuncia pacifica del Dictador. Francisco I. Madero, un empresario de pensamiento demócrata es electo Presidente de México y traicionado por el militar ex porfirista Victoriano Huerta, dando inicio así a la “contra revolución”, una lucha encarnizada por el poder que en diez años cobro la vida de un millón de Mexicanos, y que tras su fin constituyo un gobierno integrado por militares que se adentraron a una guerra contra los cristeros. De Calles heredamos el partido de Estado: PNR (Partido Nacional Revolucionario). Sobre la guerra cristera el novelista católico Ingles Graham Greene narra en su obra “Caminos sin ley” (1939): "Supongo que siempre ha existido odio en México, pero ahora el odio es la enseñanza oficial: el odio ha superado al amor en el plan de estudios... Uno se niega a creer que logrará algo bueno: y es que ese odio envenena los pozos de humanidad". Con el fin de la guerra cristera se abre paso a un periodo de estabilidad en México. No podemos negar que el antecedente de la política en México es militar. El Presidente Manuel Ávila Camacho fue el último Presidente Militar (1940-1946), pero, aun así, la política Mexicana se vio influida por los ex-presidentes. Lázaro Cárdenas es uno de los últimos Presidentes militares, fallece en 1970. La lucha pacífica por establecer el pensamiento demócrata en México no ha sido fácil, es la lucha de los siglos. El primer triunfo de la oposición se concreta con Ernesto Ruffo Appel como Gobernador de Baja California Norte en 1989. Nuestro pasado político es de pensamiento militar. Este fantasma de un pasado intolerante se refleja hoy en la negativa de nuestros políticos para cooperar en beneficio de la nación y en la sociedad que expresa libremente su odio ante ideologías políticas que le desagradan, surgiendo grupos que desean encender la “antorcha revolucionaria” y establecer la anarquía simplemente porque no están de acuerdo con la decisión del resto. El México de hoy se hunde entre las disputas de “ciudadanos muy machos”. La afirmación que Greene hace de nuestra nación tiene sentido: “el odio ha superado al amor, uno se niega a creer que lograra algo bueno…”. Como ciudadanos seamos conciliadores, sensatos, apegados a la ética, prudentes, démosle un respiro al país, unámonos en las diferencias y no nos dividamos por aquello que nos une. “La patria es el apellido tuyo y mío, es lo que me hermana contigo, mexicano…” Manuel J. Clouthier.