jueves, 24 de mayo de 2012

Discursos de odio


El asesinato de Jesucristo es un ejemplo claro de una campaña de odio, por un lado, dentro de Israel Jesús fue acusado de blasfemo por lo que afirmaba ser. En el juicio ante el sanedrín de los judío lo declaran culpable por nombrarse el Cristo, mientras, que ante Pilato lo acusaron de oponerse al Imperio; “este se hace rey y se opone al Cesar…”. Según el dogma cristiano el Cristo será nombrado rey de los judíos, pero, existe una realidad religiosa entre judíos y romanos; los primeros son monoteístas y los segundos politeístas. Para un romano politeísta no existe problema en llamar a Jesús; “el Cristo, el hijo de Dios” porque tenían diversidad de dioses y siempre habría lugar para un dios más, pero, para el  judaísmo ortodoxo el Mesías es Dios.

Pilato se preguntara ¿en qué forma Jesús atenta contra el Cesar?. Poncio solo observa en Jesús un joven detenido sin un movimiento de resistencia social que abogue por el ó que pueda ser motivo de descontrol para el imperio. Todos sus discípulos de Jesús se fueron. El joven de Nazaret esta solo en un juicio con una multitud enardecida que pide su muerte, mientras que Pilato no ve riesgo alguno. Como funcionario del imperio, Poncio conoce la realidad de la estructura imperial, sabe que Herodes es un rey aliado al Cesar. Jerusalén es un protectorado de roma que obedece al juicio de Cesar. Pilato analiza lo siguiente; “si Jesús desea ser rey, primero deberá oponerse a Herodes, y una vez siendo rey ¿no podrá Jesús ocupar el papel de Herodes y confabularse con roma?, Poncio ve esa posibilidad”. Pilato lo declara libre; “ningún delito encuentro en este hombre…”. Jesús fue juzgado por Herodes, pero, este tampoco encontró un motivo de preocupación para su status y lo dejo ir. El pueblo en su necedad insiste hasta que consigue la muerte de Jesús.  



Es una lástima que en toda la historia de los pueblos se utilicen las campañas de odio para manipular a las masas. El pueblo judío perdió la cordura, intencionalmente se promovió el odio contra Jesús sin argumentos de peso. Haciendo uso del doble discurso se manipulo la acusación, al interior del judaísmo se promovió la defensa del monoteísmo; “este dice ser Dios, acabemos con el…”, al exterior del judaísmo la defensa del estado romano; “este dice ser rey, atenta contra el Cesar…”. A Jesús se lo juzgo no por algo que cometió, sino por algo que en un futuro se supone cometerá; “ó declararse el Cristo abiertamente ó atentar contra el Cesar”.

La justicia no puede ser sustentada en prefiguraciones ó exigir castigos cuando aun no se cometen los hechos solo por el argumento; “sucederá”. Construir una sociedad así no le conviene a nadie, porque de ella nadie se salva y el pueblo solo termina siendo títere de los intereses ocultos de los grupos manipuladores. Debemos decir no a todo tipo de violencia, de raza, de fe, de orden ideológico ó político. No construyamos iconos de maldad para descargar el resentimiento social. Pilato declaro; “inocente soy yo de la sangre de este justó”. Pidamos a Dios, funcionarios inamovibles en la procuración de la justicia, que no se dejen llevar por la presión de los grupos, sino, que emitan juicios a partir de las evidencias veraces para abogar en contra de culpables ó a favor de inocentes. Como sociedad no perdamos la prudencia. En el odio nadie se salva, todos se convierten en culpables.