sábado, 4 de febrero de 2017

Un arca con ventanas

Llego la gente con Noé para pedirle ventanas dentro del arca, el argumento era; “habrá muchos animales dentro, ese lugar debe estar ventilado, deja entrar la luz del sol, sino, estaremos sofocados y no soportaremos tantos días, si no permites que entre la luz del sol tampoco nosotros entraremos”. Noé pensó: “si pongo ventanas aceptaran la invitación y podrán salvarse del diluvio”. Noé accedió construir ventanas pero la gente le dijo; “¿no podrías hacer una ventana por persona?, estaremos mas cómodos, no habrá pleitos por tener una ventana”. Noé pensó: “los más fuertes se apoderaran de las ventanas y los más débiles no tendrán ninguna, eso es injusto, evitare discordias si cada uno tiene su propia ventana”. Cuando construía las ventanas individuales, la gente llego; “¿podrías hacer mi ventana más grande para tener mejor vista?”, “¿podrías hacer mi ventana mas chica para que no me moleste el viento?”. Noé trato de dar gusto a todos para poder salvar a todos y accedió. Las lluvias llegaron, todos entraron al arca pero la lluvia entro por las ventanas, el arca se inundó y se hundió por el peso del agua, todos fallecieron hasta Noé. Cuando despertó de aquel sueño, entendió, y continuo la construcción del arca, la gente se acerco; “subirás muchos animales dentro, ese lugar debe estar ventilado, estaremos sofocados…”, Noé los escucho pero no hizo caso, la gente se molesto porque no atendió reclamos y dijeron; “si el arca no tiene ventanas no estamos dispuestos a entrar”, Noé no hizo caso, construyo el arca como Dios le había dicho, el diluvio llego y solo se salvo Noé, su familia y cientos de animales. 
La comodidad humana siempre ha intentado modificar el proyecto de Dios –el cuento citado no es inspirado- En la actualidad existen muchos reclamos para que la Iglesia se acomode a la vida de los bautizados, pero el asunto es al revés, los bautizados deben acomodarse al pensar de la Iglesia, que es el pensar de Jesús y los apóstoles.
Muchos predicadores afirman hoy en día; “el evangelio es un camino a la felicidad”, no debemos confundirnos –ni Jesús, ni los apóstoles afirmaban tal cosa- la frase tiene la intención de asociar un sentimiento humano a la fe. El evangelio es el camino que nos llevara hacia algo superior que la felicidad conocida porque la gloria que Dios desea regalarnos es desconocida para los que viven. En el camino de la fe existe sufrimiento, no todo es color de rosa, hay dolor, hay tentaciones, hay crucifixión, y al existir en nosotros conversión, arrepentimiento y búsqueda de la gracia habrá resurrección, ese es el proyecto de Dios.  
Sabemos que el amor de Dios es grande, pero la puerta que nos lleva a la salvación es estrecha y el camino a la perdición es amplio. Cuando intentamos modernizar a la Iglesia y olvidamos el arrepentimiento y la búsqueda de la santidad, estamos jugando el juego de los tontos. ¿Tu le pondrías ventanas al arca de Noé solo para sentirte más cómodo?, olvidemos un poco la incomodidad personal, la travesía es buena, Dios no nos abandonara, lo mejor está al final.