martes, 17 de diciembre de 2013

La espiritualidad en familia

             La cultura judía está llena de tradiciones que propician la unión familiar. Por ejemplo, ellos apartan el día sábado para acudir a sus sinagogas a escuchar la Tora, pero no solamente eso, ese día, los judíos se abstienen de hacer toda obra, incluso de entrar en actividades cotidianas como cocinar ò hacer cualquier tipo de esfuerzo. El sábado judío está asociado a 30 leyes de 613 leyes de Moisés. En tiempos modernos, los judíos en sábado no usan internet, ni encienden sus celulares, tampoco escuchan música, ni ven televisión. Esto podría parecernos una costumbre exagerada y hasta ridícula, pero el fin de esta tradición judía tiene como objetivo “abstenerse de todo para propiciar la presencia de Dios”. Los rabinos afirman “en la ausencia de todas las cosas, la familia judía crea la presencia de Dios en sus hogares”, ya que, al deslindarse de todas sus obligaciones y entretenimientos cotidianos, la familia judía no tienen otra opción más que acudir a la sinagoga y platican con la familia, mientras el día sábado pasa.
            Como católicos lo podemos comprender de una forma sencilla: “las familias judías por obligación, hacen de cada sábado un retiro familiar”. Pensadores judíos afirman que gracias a la observancia del sábado, las familias judías han prevalecido a lo largo de la historia: “¿son las familias judías quienes guardaron el sábado ò fue el sábado quien guardo a las familias judías?”.   
            Como católicos, ningún bautizado está obligado a guardar el sábado, tampoco, los judíos hacen proselitismo de sus creencias. Los rabinos están consientes que las leyes judías son para los judíos. El concepto del sábado ò día de reposo es bueno.
            Debemos reflexionar en estos tiempos modernos de rupturas familiares, si nos conviene abstenernos por un tiempo del entretenimiento y las obligaciones cotidianas para simplemente vivir un día para Dios en compañía de la familia. Tener espiritualidad en familia, abstenernos de todo para experimentar la nada y en esa nada crear la presencia de Dios al interior de los hogares. Los tiempos actuales son duros y difíciles, si las familias no viven una espiritualidad en grupo, cada miembro se debilitara en su interior y tarde que temprano se levantaran barreras invisibles dentro de la familia que dividirán a los hijos de los cónyuges y la paz no será disfrutada en grupo.
            Muchos católicos conocemos la frase “la familia que reza unida permanece unida”, usada para promover el rezo del rosario. Dentro de nuestra fe existen muchos elementos para propiciar la espiritualidad en familia: el bautismo, la primera comunión, la confirmación, la misa, las celebraciones como la navidad, la semana santa ò el día de la Virgen María, los rezos, etc. Por desgracia, en tiempos modernos, nos falta espiritualidad porque nos falta fe y nos falta fe porque no vivimos la espiritualidad. Por la modernidad estamos acostumbrados a “correr” y esperar poco, deseamos obtener resultados rápidos y contundentes. Este modo de vida vertiginoso donde por la tecnología tenemos todo al instante, ejerce su influencia en el hombre moderno que busca la espiritualidad, deseamos que Dios atienda nuestras oraciones al instante y de no ser así, buscamos otro método: nueva era, otro credo ò mesclas.
            Es necesario formar la espiritualidad familiar y disfrutar la fe en familia, la responsabilidad de los tutores no es solo monetaria. El centro de la vida familiar moderna es la televisión, incluso, el centro de la vida de muchas personas es su teléfono. No sé cuantas personas cuando compran televisiones y teléfonos se preguntan si esa decisión afectara o beneficiara la comunicación entre los miembros de la familia.
            Para terminar, comparto un comentario de Carlos Slim. Cuando un reportero norteamericano visito la residencia de este millonario, se sorprendió porque la casa del Sr. Slim no parecía la casa del hombre más rico del mundo, y le pregunto: “¿Por qué vive en esta casa tan convencional?, su estancia y su recamara parecen las de un norteamericano de clase media alta, ¿Por qué no vivir en una mega mansión?”. Slim contesto: “veo poco a mis hijos, si viviera en una casa de extensas dimensiones sin duda los vería menos”. Es bueno abstenerse en beneficio de la familia.