domingo, 8 de enero de 2012

El Dios de los hebreos



La escritura cuneiforme es comúnmente aceptada como una de las formas más antiguas de expresión escrita, según el registro de restos arqueológicos. Se le llama así porque utiliza símbolos en forma de “cuña” labrándolos en piedra. Las fuentes cuneiformes llaman “habiru” ó hebreos a los emigrantes, labradores, esclavos ó jornaleros que aparecieron en la región de Babilonia, Asiría, Asia menor, Egipto y Tierra Santa.

Podemos decir que “habiru” es un sinónimo de “marginado”, y en esta palabra antigua “habiru” existe ya una gran revelación del corazón de Dios, es pues Yavhé el Dios de los “habiru”, el Dios de los hebreos, el Dios de los marginados. Me parece totalmente lógico pensar que desde el tiempo antiguo las primeras revelaciones de Dios se den en un contexto de marginación, pues es ahí entre los necesitados donde se ejerce la caridad por supervivencia y no por conciencia, donde se gestan los actos más terribles de abandono, desesperación y es necesaria la plegaria y la esperanza en un Dios que este al alcance de todos, no como los dioses paganos que fueron honrados por emperadores en templos majestuosos con grandes ofrendas, tributándoles a favor de los deleites terrenales. Es en la marginación donde se invoca a Dios pidiendo lo elemental: ¡la vida y el alimento!, y no en la opulencia donde el ser humano se ensordece olvidando lo elemental. 

El primer patriarca hebreo es Abraham y aunque es descrito como un hombre rico, no dudo que este fuese llamado a la fe en atención a sus esclavos y jornaleros, pues en la promesa con Abraham el patriarca circuncida a todos los hombres de su casa sin excepción añadiéndolos por Abraham a ese Dios que lo llamo. Fueron los hebreos los marginados de Egipto liberados por Moisés siendo Israel en aquel entonces el pueblo más insignifícate de entre todos en la región, Dios llama a Moisés en atención a su pueblo y es con Moisés donde se establece la primera alianza. Las leyes mosaicas otorgaron un lugar especial para los marginados de Israel: viudas, huérfanos e inmigrantes. Es Jesús quien nace en Belem una de las comunidades más insignificantes de Israel, fueron los Apóstoles aquellos hombres no letrados que anunciaban el evangelio de Jesucristo a todos, que fueron vistos despectivamente por los eruditos fariseos. Para la Nueva Alianza pareciera que Dios en la evangelización desea volverse el Dios de los marginados del mundo, pero, no solo eso, sino que la Iglesia nos muestra que por el pecado el hombre queda marginado de Dios, queda aislado de El, el pecado es una injusticia cometida por el hombre en contra de si mismo y los demás, pero, Dios como siempre llama al marginado de Dios, teniendo interés por la oveja perdida obliga a la Iglesia a buscarla, a rescatarla, a reintegrarla a la Gracia. Como analogía de Abraham y la circuncisión de sus siervos, es Dios quien por medio de Jesús solicita el bautismo de todos sin excepción, sin dejar a ninguno afuera, queriendo Dios convertir al genero humano en su templo rompiendo la marginación que nos es producida por el pecado, es en esta marginación de la Gracia donde se producen las conversiones mas impresionantes pues estando muertos sin fe se clama interiormente por lo mas elemental: ¡la vida y el alimento!, donde ni riqueza ni pobreza pueden saciar tal necesidad.