domingo, 12 de diciembre de 2010

La rebelión de Coré


¿Por qué será que Dios creo Arcángeles y Ángeles?, ¿Qué no podrá Dios obrar todas las cosas, siendo que es todo poderoso?. Dios no es un ser solitario sino trinitario, Dios es comunidad y vive en comunidad pero Dios esta por encima de todos. Dios encomienda tareas, establece jerarquías celestes, en el cielo, no todos son iguales sino que hay satisfacción y armonía entre todos, desde el mas pequeño hasta los mas grandes. Nosotros desde lo humano pareciera que vemos la “igualdad” como camino al bienestar de todos, pero la vemos así porque hemos marginado a otros para conseguir el interés propio, y no nos gusta recibir instrucción de nadie.

En tiempos de Moisés, la familia de Coré que pertenecía a la tribu de Levi servían dentro de las labores del templo ó tabernáculo, mas no en las labores del sacerdocio reservadas solo para la familia de Aaron. Todos los hebreos eran guiados por Moisés en busca de la tierra prometida, cuando acampaba Israel los de la tribu de levi erigían la tienda que funcionaba como templo, y Aaron y sus hijos oficiaban como sacerdotes. Cito el relato: “Coré, hijo de Isar, hijo de Quehat, hijo de Leví y también Datán y Abirón, hijos de Eliab, y On, hijo de Pelet, de la tribu de Rubén, se rebelaron contra Moisés. Les siguieron doscientos cincuenta israelitas, todos jefes de la comunidad, miembros del consejo y personajes conocidos. Se amotinaron contra Moisés y Aarón y dijeron: "Basta ya de ustedes dos, ¿acaso no están consagrados todos los miembros de la comunidad? ¿Y no está Dios en medio de nosotros? ¿Por qué entonces se creen ustedes superiores a la comunidad de Dios?” (Números 16:1-3)

En este breve relato podemos encontramos a un Israel peregrino pero organizado, Israel estaba formado por doce tribus y entre ellos había jefes, había un consejo, los de Levi preparaban al templo y la familia de Aaron eran sacerdotes, Moisés era el escogido de Dios que trajo la liberación de la esclavitud en Egipto, el hombre ungido por Dios que trajo la Alianza del Monte Sinaí y los diez mandamientos. En este relato del libro de los Números podemos encontrar ese deseo de romper con una estructura organizacional definida bajo el argumento de que “todos somos santos” y “Dios esta en medio de nosotros”. Debemos entender que la organización de Israel funcionaba para preservar la unidad de todo el pueblo, tanto que Moisés antes de morir establece como sucesor a Josue, y este fue cabeza de Israel para continuar la travesía en busca de “la tierra prometida”, que es un símbolo para nosotros del cielo ó la gloria eterna.

En tiempos del nuevo testamento también encontramos un orden establecido por Cristo, Dios convoca a las naciones por medio de Cristo, y Cristo convoca a todos por medio de los apóstoles, de los cuales Cristo establece primero doce y entrega las llaves del Reino de los Cielos solo a uno. Estos doce establecen obispos, presbíteros y diáconos, y así la Iglesia unida ha permanecido por mas de dos mil años, guiada por el Espiritu de Dios, siendo Cristo quien funge como si fuera un nuevo Moisés, el sucesor de Pedro como un nuevo Josue, y los obispos y presbíteros como sacerdotes de entre todos nosotros, que somos un pueblo consagrado a Dios en el bautismo.

Guardemos las jerarquías dentro de la Iglesia mientras vivamos en este mundo, veámoslas como un beneficio pues según la enseñanza de Jesús: “Quien es mayor entre nosotros es mas bien siervo de todos”. Entendamos que en los cielos también existen jerarquías aunque Dios puede obrarlo todo. Cada uno de nosotros sin importar la jerarquía ha recibido una tarea, llevemos una vida plena haciendo de las tareas ordinarias algo extraordinario.