sábado, 18 de diciembre de 2010

La rebelión de Coré 2da parte (Nuevo Testamento).


En tiempos de Moisés, la familia de Coré que pertenecía a la tribu de Levi servían dentro de las labores del templo ó tabernáculo, mas no en las labores del sacerdocio reservadas solo para la familia de Aaron. Todos los hebreos eran guiados por Moisés en busca de la tierra prometida, cuando acampaba Israel los de la tribu de levi erigían la tienda que funcionaba como templo, y Aaron y sus hijos oficiaban como sacerdotes. Cito el relato: “Coré, hijo de Isar, hijo de Quehat, hijo de Leví y también Datán y Abirón, hijos de Eliab, y On, hijo de Pelet, de la tribu de Rubén, se rebelaron contra Moisés. Les siguieron doscientos cincuenta israelitas, todos jefes de la comunidad, miembros del consejo y personajes conocidos. Se amotinaron contra Moisés y Aarón y dijeron: "Basta ya de ustedes dos, ¿acaso no están consagrados todos los miembros de la comunidad? ¿Y no está Dios en medio de nosotros? ¿Por qué entonces se creen ustedes superiores a la comunidad de Dios?” (Números 16:1-3).

La semana pasada estuvimos hablando de esta rebelión provocada por Coré en el antiguo testamento. El argumento de la revuelta de Coré era que todo Israel estaban consagrado a Dios, que Dios habitaba en medio de ellos, y que por lo tanto no necesitaban recibir instrucciones de Moisés ó Aaron. Coré afirmaba algo cierto pero erraba al querer destituir a Moisés y Aaron de su cargo. Esto me hace recordar el pasaje que es usado hoy en día por muchas sectas: “donde están dos o tres reunidos en mi Nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (San Mateo 18,20), creer que Cristo esta en medio de la asamblea es algo cierto, pero usar el pasaje para negar la autoridad Apostólica es un error, pues el mismo evangelista afirma que Jesús entrego las llaves del Reino de los Cielos a San Pedro (San Mateo 16:19) y no a quienes están congregados en su nombre. San Pablo autor de la mayoría de las cartas que forman el nuevo testamento enseño que “entre todos los siervos que forman la Iglesia Dios quiso poner en primer lugar a los Apóstoles”, para que exista orden dentro de las comunidades es necesario que alguien las guíe.

El nombre de Coré también aparece dentro del nuevo testamento. Coré es mencionado en la carta de San Pedro y San Judas. Estos dos Apóstoles usan la frase: “el camino de Coré” para referirse aquellos hombres que no reconocen las autoridades del Reino de Dios, que trastornan el evangelio a su conveniencia, y que motivan divisiones en la fe sin tener entendimiento sobre las cosas Sagradas. Un caso de rebelión particular que aparece dentro del nuevo testamento, es el de un hombre llamado Diotrefes que es mencionado en la 3era Carta del Apóstol San Juan, diciendo el Apóstol que este hombre que recibió una jerarquía disfrutaba tanto su mando dentro de la comunidad de creyentes que dejo de hacer caso al mismo San Juan y hasta llego a desprestigiarlo. Negándose Diotrefes a recibir a los misioneros y expulsando de su iglesia aquellos que los recibieran. Otro de los problemas que enfrento la comunidad Apostólica, fueron las predicas equivocadas que surgieron con distintos grupos y el sectarismo que estas podrían provocar. Por ejemplo, las tesis de los judaizantes decía que para ser cristiano se debía guardar la ley de Moisés ó los gnósticos que afirmaban que Cristo era hijo de las estrellas. También en la comunidad de Corinto la fe se partidizó, pero San Pablo exhortó a los fieles a dejar la división y estar unánimes en un mismo parecer (1era de Corintios 1:10). Fue labor de los Apóstoles, ordenar la cátedra y educar correctamente a los nuevos creyentes para ir creciendo en la evangelización, sin trastornar el mensaje de Cristo.

Crezcamos en el conocimiento de Jesucristo y la fe de la Iglesia, no sea que por la ignorancia caigamos en el error de Coré.

domingo, 12 de diciembre de 2010

La rebelión de Coré


¿Por qué será que Dios creo Arcángeles y Ángeles?, ¿Qué no podrá Dios obrar todas las cosas, siendo que es todo poderoso?. Dios no es un ser solitario sino trinitario, Dios es comunidad y vive en comunidad pero Dios esta por encima de todos. Dios encomienda tareas, establece jerarquías celestes, en el cielo, no todos son iguales sino que hay satisfacción y armonía entre todos, desde el mas pequeño hasta los mas grandes. Nosotros desde lo humano pareciera que vemos la “igualdad” como camino al bienestar de todos, pero la vemos así porque hemos marginado a otros para conseguir el interés propio, y no nos gusta recibir instrucción de nadie.

En tiempos de Moisés, la familia de Coré que pertenecía a la tribu de Levi servían dentro de las labores del templo ó tabernáculo, mas no en las labores del sacerdocio reservadas solo para la familia de Aaron. Todos los hebreos eran guiados por Moisés en busca de la tierra prometida, cuando acampaba Israel los de la tribu de levi erigían la tienda que funcionaba como templo, y Aaron y sus hijos oficiaban como sacerdotes. Cito el relato: “Coré, hijo de Isar, hijo de Quehat, hijo de Leví y también Datán y Abirón, hijos de Eliab, y On, hijo de Pelet, de la tribu de Rubén, se rebelaron contra Moisés. Les siguieron doscientos cincuenta israelitas, todos jefes de la comunidad, miembros del consejo y personajes conocidos. Se amotinaron contra Moisés y Aarón y dijeron: "Basta ya de ustedes dos, ¿acaso no están consagrados todos los miembros de la comunidad? ¿Y no está Dios en medio de nosotros? ¿Por qué entonces se creen ustedes superiores a la comunidad de Dios?” (Números 16:1-3)

En este breve relato podemos encontramos a un Israel peregrino pero organizado, Israel estaba formado por doce tribus y entre ellos había jefes, había un consejo, los de Levi preparaban al templo y la familia de Aaron eran sacerdotes, Moisés era el escogido de Dios que trajo la liberación de la esclavitud en Egipto, el hombre ungido por Dios que trajo la Alianza del Monte Sinaí y los diez mandamientos. En este relato del libro de los Números podemos encontrar ese deseo de romper con una estructura organizacional definida bajo el argumento de que “todos somos santos” y “Dios esta en medio de nosotros”. Debemos entender que la organización de Israel funcionaba para preservar la unidad de todo el pueblo, tanto que Moisés antes de morir establece como sucesor a Josue, y este fue cabeza de Israel para continuar la travesía en busca de “la tierra prometida”, que es un símbolo para nosotros del cielo ó la gloria eterna.

En tiempos del nuevo testamento también encontramos un orden establecido por Cristo, Dios convoca a las naciones por medio de Cristo, y Cristo convoca a todos por medio de los apóstoles, de los cuales Cristo establece primero doce y entrega las llaves del Reino de los Cielos solo a uno. Estos doce establecen obispos, presbíteros y diáconos, y así la Iglesia unida ha permanecido por mas de dos mil años, guiada por el Espiritu de Dios, siendo Cristo quien funge como si fuera un nuevo Moisés, el sucesor de Pedro como un nuevo Josue, y los obispos y presbíteros como sacerdotes de entre todos nosotros, que somos un pueblo consagrado a Dios en el bautismo.

Guardemos las jerarquías dentro de la Iglesia mientras vivamos en este mundo, veámoslas como un beneficio pues según la enseñanza de Jesús: “Quien es mayor entre nosotros es mas bien siervo de todos”. Entendamos que en los cielos también existen jerarquías aunque Dios puede obrarlo todo. Cada uno de nosotros sin importar la jerarquía ha recibido una tarea, llevemos una vida plena haciendo de las tareas ordinarias algo extraordinario.

domingo, 5 de diciembre de 2010

¿Porque los catolicos siguen al Papa?


Para poder entender la nueva alianza establecida por Cristo, es necesario mirar la antigua alianza pues estas dos se complementan entre sí, la primera alianza guarda dentro de sí el anuncio de una futura alianza y la segunda alianza da plenitud a la primera. Cuando hablamos del pueblo de Israel hacemos referencia a la totalidad de las doce tribus que forman Israel, esto es parecido a decir: “El pueblo de México está constituido por varios Estados”, no todos los hebreos son judíos, pero todos los judíos son hebreos ó según mi analogía: “No todos los Mexicanos son Sonorenses, pero todos los Sonorenses son Mexicanos”.

Israel fue formado a través de una promesa hecha por Dios a Abraham. Dios prometió un hijo a Abraham, y Abraham tuvo un hijo y lo llamo: “Isaac”, Isaac tuvo dos hijos: “Esaú y Jacob”, y Dios estableció un lazo con Jacob y lo llamo “Israel”, Jacob tuvo varios hijos y doce forman la totalidad del pueblo de Israel establecidos en Canaán: “Judá, Simeón, Benjamín, Dan, Efraín, Manasés, Isacar, Zabulón, Aser, Neftalí, Rubén, Gad”. Estando Jacob en su lecho de muerte bendice y profetiza sobre cada uno de ellos, profetizando sobre Judá : “A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, tu mano agarrará del cuello a tus enemigos, y tus hermanos se inclinarán ante ti. ¡Judá es cachorro de león! Vuelves, hijo mío, de la caza. Se agazapa o se abalanza cual león, o cual leona, ¿quién lo hará levantar? El cetro no será arrebatado de Judá ni el bastón de mando de entre sus piernas hasta que venga aquél a quien le pertenece y a quien obedecerán los pueblos. Amarra en la vid a su burrito, y a la cepa el hijito de su burra. Lava en el vino su túnica y en la sangre de los racimos su manto. Sus ojos están encandilados de vino y sus dientes más blancos que la leche.” (Génesis 49:8-12). En esta lectura Israel podía apreciar la promesa del Reinado Mesiánico sobre la descendencia de Judá a quien “el bastón de mando no le será arrebatado hasta que venga aquel a quien le pertenece y le obedecerán los pueblos, que es Cristo”. La unidad de las doce tribus tenía como fundamento la promesa sobre Judá, pues de Judá vendría al mundo el Rey de todos los pueblos. Por distintos motivos históricos la unidad de las doce tribus se perdió, vinieron reinados injustos que crearon los cismas, y el destierro a babilonia que marco la vida religiosa de Israel.

Los siglos transcurrieron, el Mesías vino al mundo por la descendencia de Judá cumpliendo así la profecía dada por Jacob a sus hijos. Tras la resurrección de Cristo, la Iglesia naciente quedara establecida en doce Apóstoles: “Pedro, Andrés, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Tomas, Mateo, Santiago el Menor, Judas Tadeo, Simón el Cananeo, Matías sucesor de Judas Iscariote” a semejanza de los doce hijos de Jacob. Cristo prometerá a su Iglesia estar con ella todos los días, estableciendo una promesa sobre Pedro: “Y yo también te digo, tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos” (San Mateo 16:18). Si miramos la catolicidad ortodoxa de oriente, podemos encontrar en ella la sucesión apostólica desde los doce Apóstoles. La ortodoxa de Jerusalén tiene actualmente como obispo a Teolifio III sucesor del Apóstol Santiago el Menor. Actualmente las Iglesias ortodoxas y la Iglesia catolica buscan la unidad, dado que se reconoce a San Pedro como ministro de la promesa recibida por Cristo: “Las puertas del infierno no prevalecerán”, a semejanza de la promesa de Judá entre sus doce hermanos: “De ti nacerá el rey”.

Judá ó los judíos permanecen por la promesa dada por Jacob, del mismo modo la Iglesia permanece con certidumbre a lo largo de la historia por la promesa que solo el Apóstol Pedro ha recibido de Cristo.