domingo, 8 de marzo de 2009

Conversión.

Pienso que conversión no es simplemente pedir perdón por el pecado, sino luchar contra el pecado. Para pedir perdón “cualquiera lo pide con tal de no caer en el infierno” pero imaginemos que no hay infierno ¿existirá conversión sin condena? (eso dependerá de cada quien). ¿De qué tenemos que arrepentirnos? Ó más bien ¿Qué es el pecado?, pecado es toda injusticia, así lo define el apóstol Juan y también dice; “Todo aquel que sabe lo que es bueno y no lo hace peca”. ¿Nos conviene entonces ser ignorantes para pecar menos?, No, porque por ignorancia también cometemos injusticias.

Creo que todos los seres humanos tenemos una ley natural que nos advierte si obramos mal y nos llama a obrar bien (sea en menor ó mayor proporción), supongo que quién de modo natural desea obrar el bien se perfeccionara y de una u otra forma dará con Cristo ó Cristo dará con él, pero quien no busca de modo natural hacer el bien no se perfeccionara. Así que conversión no solo es arrepentirse de obrar mal, sino obrar el bien dejando el mal.

Hoy el mundo dice; “lo que es bueno para ti no es bueno para otros”, aclaro sin relativizar; “lo que es injusto es injusto para todos” quien practica la injusticia peca. Por esto, para dejar los malos entendidos, debemos filtrar nuestros actos a los ojos de Cristo (no valla ser que buscando hacer el bien hagamos mal).

Quien busca obrar el bien está buscando a Dios, quien encuentra a Dios encuentra a Cristo, quien ama a Cristo se interesa por él y buscara aprender por medio de la iglesia, algunos solo se interesan por la iglesia y no buscan la voluntad de Cristo. Para Israel, los antiguos profetas exhortaban al pueblo judío para que no se fiara de dar culto a Dios en lo exterior centrados en apariencias. Quien da culto a Cristo en lo exterior solo se muestra para cumplir una serie de tradiciones para el beneplácito de los presentes y no para Cristo ó por amor al prójimo, Entonces ¿vamos a invalidad el culto en comunidad para el bien de Cristo? No, porque eso sería actuar con maldad, hay que dar culto a Dios desde dentro del corazón y en comunidad sin dejarnos llevar por las cosas externas, en esto también hay conversión. Nadie puede amar a Cristo y a su vez aborrecer la iglesia.

Quien dice que ama a Jesús y aborrece su iglesia, peca.