sábado, 17 de enero de 2009

Hombre Religioso

Un hombre que buscaba amar a Dios se entristecía mucho en su corazón porque no podía superar una tentación. A los ojos de cualquier persona este hombre parecía ejemplar, pero sabia que Dios conocía todos sus secretos, este hombre daba testimonio con su vida de las grandes obras y acciones que Dios había hecho en el. Por Dios no era egocéntrico, ni despilfarrador del dinero sino que invertía en lo que convenía, no era borracho sino sobrio, no era mentiroso sino responsable de lo que hablaba, cuando había que ofender se callaba, cuando había que reclamar lo dejaba para después. Este hombre reconocía que su conversión no fue de un día para otro, sino que Dios poquito a poquito se había apoderado de sus pensamientos, sus emociones, sus sentimientos y que esto se veía reflejado en sus acciones y su hablar.

El pueblo donde este hombre vivía era miserable porque no buscaba a Dios, todos vivían para si mismos pensando en tener y nunca en dar, como puercos olfateaban solo su comodidad, acostumbrados a los olores de la injusticia e inmoralidad. Así que para aquellos habitantes el personaje central de esta historia era como un santo, odiado por muchos pues su sola presencia exhortaba al arrepentimiento, mientras que otros lo admiraban.

Este personaje divagaba en varios razonamientos; por un lado no tenia problemas puesto que Dios había enderezado su vida, sabia que tenia fama de santo y por todos era reconocido como muy religioso, así que por este lado era muy fácil vivir sin pecados grandes y no tomar más compromisos con su Fe, aunque interiormente se perturbaba porque el evangelio pide perfeccionarse. Por otra parte estaba conciente de que esa comodidad espiritual de un momento a otro lo arrastraría y lo llevaría a las malas costumbres del pueblo, y eso no lo deseaba pues para el la vida del pueblo era desagradable y sabia que esto era mas despreciable puesto que el pueblo podía alcanzar misericordia ante Dios por la ignorancia religiosa, pero el no porque estaba instruido en asuntos de la Fe.

Un día estando dormido, un ángel de Dios se le presento y le dijo; “Te haz acercado a Dios esperando ser cambiado y haz hecho bien, pues ahora conoces la alegría de estar junto a la santidad de Dios, lo buscas por la paz que da a tu corazón pero El desea que aprendas a amarlo con y sin beneficios. El sabe que como imán el pecado te atrae y bajo tu voluntad ó en tu contra de todos modos pecas porque eres débil y te fías de su misericordia, pero sabe que deseas la pureza que el da, donde el aroma puro se respira por siempre. No pierdas el animo por solo mirar la parte que te falta de entregarle, estate agradecido por todo el mal que de tu corazón ha quitado. No te sientas limpio aunque tus faltas sean pequeñas ni te fíes de los aplausos de los hombres pecadores, pues solo Dios sabe y dice lo que es puro e impuro. Tus pequeñas faltas son para Dios como mosca dentro de un perfume, como mancha de tinta en camisa nueva ó estiércol fresco en zapatos de fiesta”.

"Santifícate, resiste a la tentación y se apartara de ti".