jueves, 11 de diciembre de 2008

El vientre de la mujer encinta

Dios los bendiga amados que me leen.

De tu abuelo y tu abuela vino tu madre y sus hermanos, de la unión de tu padre con tu madre haz venido tu, de tu unión con tu esposa han venido tus hijos, pero la raíz de todos estos es tu abuelo y tu abuela, pues en sus entrañas ya hacia toda tu parentela. Tu padre en el vientre de su madre fue alimentado y formado, tomando los nutrientes de la sangre de su madre hasta ser parido, y así cada uno fue formado por su madre, y si el abuelo padece de buena condición también su descendencia, pero si el abuelo padece de una enfermedad congénita, su descendencia es propensa a cargar con esto.

Así también se formo el pueblo de Israel; de Abraham vino su hijo Isaac y este heredo la Fe, de Isaac vino Esau y Jacob, de Jacob los doce hijos, conocidos como las doce tribus de Israel, y de Juda uno de estos doce la ascendencia con Cristo, pasando por Ana madre de Maria, Maria madre de Jesús.

Jesús participo de la naturaleza humana a través de Maria, pero la humanidad participa de la naturaleza divina a través de Jesús, mas Dios quiere que todos seamos iguales a su hijo y por esto participamos de la nueva naturaleza humana a través de Maria, pues cuando comemos el cuerpo y la sangre de Jesús ¿acaso no también comemos y bebemos la sangre de la que el verbo se encarno?, esta es la naturaleza restaurada, porque Dios se hizo hombre para reparar el daño producto de la desobediencia de Adán. Pues la raíz de todos esta en Dios, porque en el principio Dios dio vida a Adán y después Eva y de ellos Caín y Abel y el resto de la raza humana, la cual sabemos se perdió tras caer Adán. Porque si la enfermedad congénita entro por la desobediencia de Adán, así también se regó por el resto de su descendencia, pero si hay en la descendencia “uno que es inmune a esta enfermedad” la descendencia nacerá “inmune”, este es Jesús formado en el vientre de Maria, el verbo santo alimentándose en un vientre sano de pecado, inmune al pecado, parido sin mancha y apartado por siempre de todo pecado.

Así que al ser adoptados por Jesús, podemos tomar a Dios por Padre y a Maria por madre, pues en las entrañas de Maria por Jesús estaba el resto de la descendencia humana restaurada, los que han sido reconocidos por Dios como hijos, adoptados por la Fe en Jesucristo.

El verbo a nacido como hombre, para que los hombres nazcan a una vida nueva con Dios a la manera de Jesús.